Es necesario que sepan que existe un hombre que recorre el país en busca de juguetes usados. Quedan advertidos. ¡Quémenlos hasta que no queden más que cenizas!
En realidad no es un hombre. Nada humano puede albergar tanta maldad.
Se alimenta de recuerdos, de los más puros: los de la infancia. Se mete en ellos y los retuerce hasta que nos deja sin humanidad. Y luego, bueno…
Ayer mismo estuvo en una ciudad cercana. No les diré el nombre porque ahora no podrán recordarla.
¿No me creen? Está bien. Entonces dejen en esta caja sus juguetes. Yo los cuidaré bien.
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Microrrelato enviado para la escena nº 27 del Taller de Escritura Creativa “Móntame una escena” de Literautas
Genial, Iracunda. Le estais cogiendo el gustillo a esto de los microrrelatos ¿eh?
Si 😀
leyendote me doy cuenta de lo ñoño que es mi micro jaja, el tuyo? genial como siempre.
Ahora me dejas con ganas de leerlo para quitarte la razón!! jajaja
P.D. El que acabo de leer en tu blog no tiene nada de ñoño 😉